Pero al segundo tiempo, los Texans se desmoronaron. La defensiva de los locales, que limitó exitosamente a Russell Wilson toda la tarde (12 de 23 para 123 yardas y una intercepción) hizo su parte y no fue sino hasta el último cuarto cuando Marshawn Lynch, que terminó el partido con 98 yardas en 17 intentos, anotó en carrera de 3 yardas con 7:48 por jugar.
Aún así, los Texans parecían tener el partido en la bolsa con menos de tres minutos en el reloj pero Matt Schaub buscó en un pase muy flojo a Owen Daniels y Richard Sherman, uno de los mejores esquineros de la liga, se interpuso para interceptar y devolver 58 yardas para empatar el partido. Los Texans tuvieron una oportunidad más de ganarlo en tiempo regular pero su serie ofensiva se vio frustrada por una formación ilegal, teniendo que despejar el balón en contrario de llegar a la zona de gol de campo.
El corredor Arian Foster corrió para 102 yardas y recibió para otras 69 y un touchdown en una de las pocas noticias rescatables para Houston. Schaub completó 31 de 49 para 355 yardas y dos anotaciones pero sus dos intercepciones y su incapacidad para sacar al equipo adelante contra la adversidad serán lo que se quede en la mente de los seguidores de Texans, después de tener el partido casi en el bolsillo.
Para Seattle, más allá del control al que fueron sometidos por grandes partes del partido, se trata de una muestra de temple y carácter, cualidades necesarias para un campeón y de pasó lograron firmar su primer inicio de 4-0 en la historia. Los Seahawks continuarán con su tour de la AFC Sur cuando visiten a los Indianapolis Colts en la semana 5. Houston (2-2) sigue sin convencer en la temporada y enfrenta un oscuro panorama, toda vez que su siguiente duelo será una complicadísima visita a los San Francisco 49ers.
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